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UCRAINA

Maxim Dondyuk

Maxim Dondyuk (1983) es un fotógrafo y artista ucraniano cuya práctica integra diversos medios, como la fotografía, el vídeo, el texto y materiales de archivo. Su obra ahonda en temas como la historia, la memoria, los conflictos y sus consecuencias duraderas.
Maxim ha recibido numerosos reconocimientos, como la Beca W. Eugene Smith de Fotografía Humanística, el Premio Lucie al Fotógrafo Internacional del Año, el Premio Prix Pictet de Fotografía y el concurso «30 menores de 30» de Magnum Photos para fotógrafos documentales emergentes. Su obra ha sido expuesta internacionalmente en el Museo de Arte Moderno de París, Somerset House de Londres, MAXXI Museo Nacional de Artes del Siglo XXI de Roma, la Casa de Lucie en Budapest, Museo Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en Ginebra, L’Arsenal en Bastia, entre otros.
En 2019 publicó la monografía ‘Cultura de confrontación’.

maximdondyuk.com

PROYECTO

Campo de batalla

La serie «Campo de batalla» documenta las brutales atrocidades sin fin de la guerra.
Al acercarse a la línea del frente, uno se encuentra con un paisaje solemne que atestigua el profundo impacto de la guerra. Las secuelas son un inquietante cuadro de destrucción y desolación: estructuras que se desmoronan, ventanas destrozadas y un terreno cubierto de cicatrices. La propia naturaleza está de luto, con árboles que llevan cicatrices de metralla y campos antaño frondosos ahora en barbecho bajo el peso del tumulto militar.
Las siguientes fotografías dejan en evidencia los territorios ucranianos marcados por los bombardeos y los sangrientos conflictos que se vienen dando desde la invasión rusa. Cada imagen encierra una belleza y un horror paradójicos, un testimonio visual de la coexistencia de la destrucción y la resistencia.
La guerra lo devasta todo. Mutila almas y cuerpos humanos, desmantela edificios y deja cicatrices en la esencia misma de la naturaleza. No hay vencedores, todo lo que queda es destrucción, dolor y sufrimiento. Deja una huella inquietante en todo lo que toca, una marca indeleble grabada en el tejido del tiempo, que nos recuerda el precio colectivo que paga la humanidad en tiempos de conflicto.