DINAMARCA
Mads Nissen
Para Mads Nissen (1979) la fotografía tiene que ver con la empatía: crear comprensión e intimidad a la vez que se enfrenta a problemas contemporáneos y sociales como la desigualdad, las violaciones de los derechos humanos y la falta de responsabilidad global.
Ha recibido en tres ocasiones el premio principal del World Press Photo. El último en 2023, con la historia del año, enfocada en la crisis humanitaria en Afganistán. En 2022 recibió el Visa d’Or y fue nombrado «Fotógrafo Internacional del Año» (POY).
Mads Nissen vive en Copenhague (Dinamarca) con su mujer y sus tres hijos, y trabaja para POLITIKEN, un diario elogiado por su fuerte compromiso con el periodismo visual. Imparte con frecuencia conferencias y talleres, y su obra puede verse en publicaciones internacionales y en exposiciones individuales en toda Europa y América Latina.
Comenzó a trabajar en Colombia en 2006 y ha publicado tres libros, el último We Are Indestructible (GOST, 2018) sobre las costuras de múltiples capas del conflicto colombiano.
Mads Nissen trabaja actualmente en el proyecto «Sangre Blanca – The Lost War on Cocaine», una investigación en profundidad sobre las consecuencias humanas del negocio global de la cocaína.
PROYECTO
SANGRE BLANCA - LA GUERRA PERDIDA CONTRA LA COCAÍNA
Estamos en la edad de oro de la cocaína. El consumo y la producción nunca han sido tan altos a pesar de los más de 50 años de «Guerra contra las Drogas».
Para muchos europeos y estadounidenses, la cocaína es una droga de fiesta. Para muchos latinos, es sangre y violencia, corrupción y muerte.
Este reportaje se adentra en las turbias profundidades del tráfico de cocaína, e investiga las consecuencias humanas a lo largo del viaje, mientras la droga viaja desde los abandonados campos de Colombia hasta llegar a los ansiosos consumidores de una pista de baile europea.
Las drogas ilegales constituyen actualmente la mayor economía ilegal del mundo, y a su estela siguen la corrupción, el subdesarrollo y unas tasas de asesinatos extremadamente elevadas en Sudamérica y Centroamérica en particular. Sociedades y naciones enteras están desestabilizadas.
A pesar de años de guerra y de los interminables esfuerzos de Estados Unidos, Colombia sigue estando en el centro del negocio. Ningún país produce más. Desde aquí, la cocaína viaja por tierra, mar y aire para llegar a sus compradores, principalmente en Estados Unidos y Europa, pero en cada parada la cocaína da y quita.
En México, centro neurálgico del tránsito, el lucrativo negocio ha alimentado unos narcocárteles tan poderosos que todos los niveles de la sociedad parecen ahora enredados, mientras sus bien equipados ejércitos causan tanto terror e inestabilidad que millones de personas se ven obligadas a emigrar.
La respuesta internacional al auge de la cocaína ha sido hasta ahora una mezcla de prohibición, duros castigos y sangrientas campañas militares que arrasan el campo. Esta ha sido la estrategia desde la década de 1970, pero ¿está funcionando? ¿Desde la perspectiva de quién? ¿Y cuáles son las consecuencias humanas de la droga favorita de las fiestas?